CASAS HOUZZ: EL HOMENAJE DE ALBERTO CAMPO BAEZA A LUIS BARRAGÁN

El arquitecto español y el estudio local GLR Arquitectos firman esta casa en Monterrey con un uso maestro de la luz.

La vivienda que estás a punto de conocer no fue diseñada para nadie en particular, por lo que el proyecto disfrutó de total libertad en cuanto a programa arquitectónico. Surgió como un encargo del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, una de las principales universidades privadas de México, que desde hace sesenta años realiza unos sorteos destinados a recaudar fondos para las becas de los estudiantes de la universidad. Y entre los premios hay un gordo, claro: una vivienda ni más ni menos que como esta, diseñada por Alberto Campo Baeza en colaboración con el arquitecto mexicano Gilberto L. Rodríguez.

De un vistazo
Quién vive aquí: El ganador del sorteo
Situación: Monterrey, Nuevo León (México)
Superficie: 550 metros cuadrados
Arquitectos: Alberto Campo Baeza + GLR Arquitectos / Gilberto L. Rodríguez

Las casas del conocido como Sorteo Tec han sido desde hace años viviendas que han estado a la vanguardia, por lo que son todo un objeto de deseo para los habitantes de la ciudad. En esta ocasión, se adoptó un nuevo concepto de casa de autor, donde por primera vez la arquitectura ha sido sido concebida con proyección internacional.

El arquitecto, originario de Valladolid, Alberto Campo Baeza, en colaboración con el arquitecto mexicano, Gilberto L. Rodríguez, se han convertido en los primeros autores de esta nueva etapa de las casas del Sorteo Tec. Y este ha sido el resultado.

Como se puede apreciar, la arquitectura de la vivienda transmite una gran serenidad. Se encuentra situada en una de las zonas más privilegiadas de Monterrey, con una vista envidiable hacia la Sierra Madre Oriental. Se trata de una casa que es un contundente homenaje al arquitecto mexicano Luis Barragán, uno de cuyos recursos constructivos recurrentes era recoger la luz natural en distintos momentos del día. 

La sutileza minimalista de la fachada da paso a una neutralidad en el acceso a la vivienda que busca enfatizar detalles muy definidos, como los árboles, el mármol y el vidrio, que conectan y le dan continuidad al ambiente y al propio diseño. Desde el inicio, el visitante percibe un recorrido puro y esencial con la luz como motivo recurrente, y donde cada elemento ha sido concebido para capturar y potenciar su calidad estética.

“Por supuesto, si Barragán está siempre presente en toda mi arquitectura, más aún en este proyecto, por lo que decidí que la casa no solamente iba a estar inundada de luz, sino que en particular iba a ser la luz dorada de Barragán”, explica el arquitecto Alberto Campo Baeza.

El esquema arquitectónico se realizó mediante la unión de dos espacios conectados y sobrepuestos de doble altura, que actúan como el núcleo y el corazón de la casa, conformando tres niveles que se entrelazan. En la planta baja, se ubicaron áreas públicas como la sala, el comedor, la cocina o el cuarto para ver la televisión y el bar.

La planta de la casa está organizada en tres secciones divididas mediante muros, que se conectan unas con otras a través de puertas correderas, promoviendo la flexibilidad espacial y permitiendo realizar actividades diversas de manera paralela.

Con muy pocos elementos, el diseño de la vivienda logra cautivar la atención en todo momento del visitante. “Para el interiorismo se adoptó el tono dorado como hilo conductor. En cada espacio se pueden apreciar acentos y detalles sutiles en este color, los cuales en su conjunto se convierten en la identidad de la residencia”, apunta el arquitecto Gilberto Rodríguez.

La simetría y conexión visual entre los espacios se hacen presentes particularmente en el área social, donde se observa una cuidadosa alineación con el mobiliario que enfatiza un juego de contrastes entre tonos y texturas.

“Si se observa atentamente, todos los detalles son en color perla, blanco o arena. Todo es neutro. Por su parte, los elementos de carpintería son blancos. Hemos tratado de darle calidez a la atmósfera de manera muy integrada con la arquitectura, de forma muy natural”, explica Gilberto Rodríguez.

La cocina es muy amplia y tiene un vínculo directo con el comedor. El espacio de preparación de alimentos y la barra para el desayuno se integran naturalmente dentro de este ámbito, ideado para proporcionar la mayor funcionalidad.

En el baño de visitas, el mármol blanco es el protagonista total del espacio. Su presencia es absoluta en la totalidad de los muros y el lavabo, únicamente interrumpida por los paneles de madera que delimitan la encimera y que generan un elegante contraste.

Aunque limitado en relación al tamaño de la residencia, el jardín exterior de vegetación autóctona ofrece asimismo un ambiente de calma y privacidad.

En la planta alta se encuentran las habitaciones, pero en el nivel intermedio entre ambas se ubicó esta sala de lectura que conecta los tres niveles. Desde aquí se puede disfrutar, además, de una visual completa de la planta baja.

El muro principal, revestido de hoja de oro, captura la luz que entra del sur y la proyecta en un tono dorado hacia la planta baja y la azotea. Un recurso muy de Barragán.

De hecho, este muro es un homenaje a los retablos doradosdel artista Mathias Goeritz, así como una clara referencia a su influencia en la arquitectura de Barragán, especialmente en la casa-estudio de éste último en Ciudad de México. “El muro dorado no es meramente un elemento decorativo. Está puesto en el sitio exacto pararecibir el impacto de la luz”, señala Campo Baeza.

Las habitaciones secundarias presentan un lenguaje neutro y sofisticado, ideal para transmitir a las visitas la experiencia del espacio.

La habitación principal ofrece un ámbito sobrio y elegante, con vistas directas al jardín. Adicionalmente, cuenta con un baño y un vestidor separados.

En la azotea encontramos la piscina, con un ventanal que da directamente a la sala de lectura con el muro dorado. Justo al otro lado, un rectángulo vacío enmarca las vistas a la Sierra Madre Oriental.

En la terraza de la azotea, el tono oro del interior contrasta con el azul de la piscina y el cielo, logrando un juego cromático maestro.

Este ámbito, concebido sin duda para poder disfrutar del cielo, curiosamente fuerza la mirada a observar frontalmente a través del marco, convirtiendo el propio entorno en una obra de arte.


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