INTERACCIÓN NATURAL

Casa Aldea se define como una vivienda que se fue generando a partir del deseo de mantener y respetar la naturaleza existente, lo cual consistió en un gran reto por su complejidad. El diseño soluciona las problemáticas particulares del proyecto, sin ningún tipo de preconcepción estética arquitectónica, lo que hace que el desarrollo se enfoque en el recorrido, en la propia experiencia de habitar.

Este proyecto fue desarrollado por la firma Seijo Peón Arquitectos y Asociados con base en Mérida. Esta vivienda fue diseñada para una familia joven con dos hijos pequeños, y se localiza en la ciudad de Mérida, Yucatán. La construcción tiene una extensión de 346 m2, y fue terminada en el 2012.

La intención rectora de diseño y como experiencia principal para la familia es establecer un vínculo con la naturaleza circundante. El terreno se encuentra al lado de un campo de golf con vegetación profusa y árboles de distintos tipos.

Siguiendo la idea de respetar la naturaleza, los arquitectos se encontraron con la dificultad para hacer el planteamiento arquitectónico de la vivienda que no afectara los árboles del sitio. Por lo anterior, la casa se concibió como una aldea, una serie de construcciones separadas, donde los recorridos tienen un contacto constante con el contexto inmediato.

Para establecer un contraste, los elementos principales de la aldea se definieron como volúmenes cuadrados muy sólidos, mientras que los recorridos tienen la particularidad de ser más orgánicos para atravesar los árboles sin afectarlos.

El programa arquitectónico consiste en: tres recámaras, un cuarto de juegos, una sala, un comedor, una cocina, áreas de servicio y un área social exterior con alberca. El área social unifica la zona de servicios con la privada. Las habitaciones se agrupan de manera que se generan patios internos donde los niños puedan jugar con seguridad.

La ubicación de las piezas de la vivienda en el terreno dio como resultado un espacio exterior único, el cual tiene vistas directas al campo de golf, siendo un beneficio magnífico para los habitantes.

Para entender la esencia de la casa, tal vez es necesario entender el fundamento de la vida: el cambio. El recorrido de la casa cambia todos los días, y a través de esta aldea, se disfruta de posibilidades infinitas para tomar distintos caminos y decisiones entre los árboles, exactamente como en un bosque, saboreando tanto la vida como la naturaleza misma.

*Artículo publicado en el suplemento ChicHaus 19 de Milenio Monterrey y D.F.

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