ATMÓSFERA NATURAL

Casa San-Sen flota ligeramente en medio de un bosque en la zona de Valle de Bravo, en el Estado de México, donde la principal intención de diseño es establecer un vínculo entre la arquitectura y la naturaleza.

Esta residencia fue diseñada por el Arq. Alejandro García Sánchez en 2008, y tiene una extensión de 860 m2. El proyecto es el resultado de un gesto arquitectónico y la capacidad técnica para solucionar de manera óptima las problemáticas constructivas.

El sitio para la construcción de esta vivienda es extraordinario. Valle de Bravo es un lugar que envuelve al visitante por su honestidad, ambiente y naturaleza.

La casa inspira una atmósfera natural, donde el contexto permite relajar los sentidos y encontrarse en un estado profundo de tranquilidad, alejado de las complicaciones de la vida urbana.

Casa San-Sen se diseñó como una cabaña exquisita, para disfrutar tanto el exterior como el interior. Sin embargo, mediante una visión contemporánea, el proyecto sigue las ideas de la arquitectura orgánica, adaptándose a su entorno y obteniendo lo mejor de él.

Debido a la irregularidad del terreno, la estructura de la vivienda se elevó sobre el nivel del suelo mediante pilares metálicos. Para lograr acentuar el gesto flotado, la estructura se diseñó en acero, permitiendo que flote sobre el terreno de manera imperceptible. La piel exterior de la casa se definió de madera y vidrio, logrando una apariencia neutra.

El sistema constructivo tiene la capacidad de permitir abrir o cerrar el volumen, puertas y ventanas, de acuerdo con las vistas y orientaciones, logrando una mayor flexibilidad y capacidad para aprovechar las cualidades naturales del contexto.

El proyecto está diseñado en una sola planta, donde se articuló una circulación continua que actúa como la columna vertebral de la casa y comunica los espacios en los pabellones que son independientes. El principal elemento estructural de la construcción es una torre de servicio de piedra que sirve como soporte y anclaje al terreno.

Los materiales utilizados en el interior son principalmente madera de diferentes tonalidades, acero oscuro y cristal, manteniendo una neutralidad en la gama de colores y logrando una continuidad visual.

Las cubiertas del proyecto son de madera de acuerdo con la estructura metálica, manteniendo una inclinación que permite tanto capturar luz solar en el invierno, como conducir con facilidad  el agua hacia el suelo.

La continuidad del planteamiento arquitectónico le aporta una cualidad de amplitud y flexibilidad al proyecto. Adicionalmente, tanto las áreas sociales como las recámaras tienen la posibilidad de disfrutar de manera directa de la naturaleza, ya que tienen terrazas individuales que amplían su experiencia de habitar.

Casa San-Sen se puede considerar la unificación de diversos ámbitos, que de una manera franca y espontánea se van recorriendo uno a uno, descubriendo de manera pausada esta vivienda e introduciendo lo mejor del paisaje hacia el interior. Este es uno de los ejemplos de cómo arquitectura y paisaje finalmente deben de convertirse en uno solo para que un proyecto sea trascendental.

*Artículo publicado en el suplemento ChicHaus 11 de Milenio Monterrey.

Casa San-Sen ChicHaus 11

Casa San-Sen ChicHaus 11a


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