UN REFUGIO ESPIRITUAL

La tendencia Zen junto con el cuidado de la mente y el espíritu son temas que han obtenido una mayor importancia en los últimos años; por esta razón, se han abierto clínicas especializadas en el tratamiento alternativo de una manera natural y menos invasiva que la medicina occidental. En Hangzhou, China, el centro clínico conocido como One Taste Holistic Health Club se enfoca en promover la innovación enfocándose en la salud desde un punto de vista holístico, siendo el primero en su tipo en el país.

La misión del club es lograr el desarrollo espiritual a través de ofrecer un foro abierto, donde se desea alcanzar la reunificación de la mente con el espíritu. Para materializar arquitectónicamente este innovador concepto el arquitecto Tsung-Jen Lin, director de la firma CROX International, diseñó un proyecto donde la visión holística occidental se entreteje sutilmente con la serenidad oriental para crear un espacio ideal para estimular el sosiego espiritual. El centro tiene un área de 360 m2 y fue terminado en 2012.

El recinto busca capturar la esencia y la paz del contexto inmediato, donde las montañas conviven con la calma del bosque siguiendo el ritmo que dicta la naturaleza. De la misa manera, la experiencia espacial de One Taste se basa en la conjunción de los elementos, el aire y el agua, de la fluidez del espacio emulando las formas de las ondas del lago contiguo como gesto principal de diseño.

Los límites entre lo público y lo privado son agudamente resueltos mediante divisiones ligeras onduladas de manera que le imprimen una sensación dinámica al espacio, un ritmo mediante el cual se van revelando áreas cuidadosamente ubicadas en las curvas de los muros. Este muro curvo se convierte en el tema principal del interior presentando una cualidad de varias capas definiendo una textura continua.

La distribución del centro se diseñó de una manera flexible, utilizando elementos practicables como cortinas y espejos móviles se definieron espacios abiertos que se utilizan más libremente, pero que también al cerrarse pueden albergar los talleres privados.

Siguiendo la práctica de fomentar el respeto a la naturaleza e inspirar la paz de la mente se utilizaron materiales naturales, como madera sólida en los muros y piedra con detalles plateados en los pisos y el techo. La aplicación estos recubrimientos se realizó de la manera más simple, natural y auténtica, gracias a la intención de crear una sensación acogedora y cautivante.

La iluminación, un tema importante en un lugar de relajación, se obtiene de manera natural mediante un patio externo que permite la entrada de la luz a los espacios más cerrados, creando una atmósfera de luz muy agradable que gradualmente se intensifica o se desvanece según la ubicación.

One Taste, como un lugar genuinamente Zen, ofrece actividades para el beneficio de la mente y el espíritu, como el tai-chi y yoga, caminata por los jardines, tomar el té en el patio, cada una como medios para alcanzar un balance entre los ideales de occidente y oriente.

El propósito del diseño de Lin es darle a la gente un espacio para la contemplación en silencio o simplemente un refugio para escapar de la ciudad y disfrutar pacíficamente.

Con relación a la influencia del mundo global, el placer ya no se considera como un síntoma de la decadencia, sino una forma de elegancia sutil, siendo uno de los ideales asimilados en la nueva generación en China. Los muros blancos y la madera en One Taste capturan la esencia de la belleza natural y no sólo la estética, vinculando las ideas de estética oriental y occidental pero de una modo casi imperceptible.

*Artículo publicado en el suplemento ChicHaus 5 de Milenio Monterrey.

One Taste Holistic Health Club ChicHaus 5


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