INNOVACIÓN EN LA REHABILITACIÓN DE EDIFICIOS

MVRDV, una de las más famosas firmas holandesas fundada por Winy Maas, Jacob van Rijs y Nathalie de Vries, ha tenido un reconocimiento sin precedentes en los últimos diez años gracias a sus propuestas arriesgadas y creativas. Esta firma ha llevado lo que aprendieron de Rem Koolhaas en OMA en una dirección totalmente diferente.

Recientemente, MVRDV ha terminado el proyecto de rehabilitación del laboratorio de la compañía de mostaza Dijon, que cerró en 2009, y lo ha reinventado como un call center con un programa arquitectónico innovador, donde se incluye una incubadora de proyectos y un programa social comprometido. El objetivo final es sin duda obtener un balance entre la intervención y la reutilización inteligente de lo existente.

En Europa y el mundo, edificios abandonados esperan ser reutilizados para crear nuevos espacios, negocios, vivienda, etc. Las rehabilitaciones tienen una voluntad de preservar los principales elementos históricos y de valor arquitectónico en un edificio. En este proyecto, el edificio se terminó en 2004, y sólo cinco años más tarde cerró en 2009, por lo que el valor en la rehabilitación estaba en el reúso del espacio. Se rehabilitó un área de 6500m2, que se definió como 600 espacios de trabajo para la operadora Teletech, con un costo de 4 millones de euros.

El edificio se encontraba en buen estado, pero debido a sus dimensiones interiores no era adecuado para albergar espacios de trabajo tradicionales. Aunado a lo anterior, las restricciones del presupuesto hicieron imposible cambiar la fachada o hacer modificaciones a la estructura original. El presupuesto hizo forzosamente que el reúso fuera la única estrategia factible, evitando modificaciones innecesarias y siendo mucho más sustentable.

La estrategia de transformación se adapta al nuevo programa en el edificio. Se enfatiza la flexibilidad en el uso de los espacios de trabajo, los operadores pueden accesar al sistema desde cualquiera de los 600 puestos ubicados en esa zona. Esta área ofrece una diversidad de puestos con cualidades específicas, espacios abiertos, cerrados, aislados acústicamente, etc. 
Una intervención de esta magnitud con el presupuesto tan escaso sólo fue posible mediante la renovación de la estructura y los servicios existentes, utilizando materiales de alta calidad que necesitaran el mínimo de mantenimiento.

La nueva tendencia en la dinámica laboral que existe entre los jóvenes a nivel mundial, es trabajar con una laptop en un sillón o una cama, por lo que en el diseño interior se aplicó la esencia de esta idea. El espacio tiene que ser atractivo para los operadores y que trabajen de una manera confortable. Además, el mobiliario incluye elementos cotidianos domésticos que permiten que los empleados se sientan en casa y que se identifiquen con el ambiente.

La implementación de grandes ventanas, domos y un atrio, le permitió al edificio tener espacios comunes con luz natural donde se pueda desarrollar un sentimiento de comunidad y optimizar el desempeño laboral. En su tiempo libre, los operadores tendrán la posibilidad de usar el centro educativo, el gimnasio, una galería e incubadora de proyectos, localizados dentro del edificio. En la planta baja se localiza el estacionamiento.

Debido a los notables cambios internos que se desarrollaron el presupuesto no abarcó el cambio de la fachada, por lo que se optó por imprimir un código QR en la fachada para transmitir las actividades de la compañía. Por lo anterior, la fachada actúa como comunicación y publicidad de la compañía.

Como resultado, este proyecto solucionó una restricción de uso y de presupuesto que se tradujo en espacios de trabajo creativos que contradicen los que tradicionalmente se concibe como un call center, lo que son líneas continuas de cubículos aburridos. La calidad en los espacios de trabajo y la propia arquitectura se convierten en parte de una solución para crear un mayor nivel de interacción con las personas.

*Artículo publicado en Casas&Más 159, suplemento de Milenio Monterrey.


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